El post de hoy
tiene un aire distendido y divertido. Hoy quiero hablaros del papel que
desarrollamos los biólogos en los
tratamientos de Reproducción Asistida. Escondidos tras el pijama, gorro y
mascarilla de quirófano solemos pasar desapercibidos a los ojos del paciente.
La mañana empieza
temprano para el biólogo, todo debe estar a punto en el laboratorio. Las primeras punciones empiezan a llegar al
laboratorio.... Empezamos un nuevo día.
Tal como un
hormiguero, el laboratorio empieza a
despertar. Cada biólogo tiene claras sus funciones y aunque a ojos de un
inexperto pueda parecer que cada uno va a la suya, todos estamos conectados y
del trabajo de uno dependerá el trabajo de otro.
El reloj empieza
a correr y la actividad del laboratorio va en aumento. Las punciones ya están
en marcha, hay que valorar fecundaciones (yo solo puedo pensar: Ojala esté todo
fecundado), valorar los embriones que están en desarrollo en el laboratorio
(aquella paciente que solo tiene 1 embrión, ojalá esté dividido), valorar y
decidir los embriones que transferiremos, las primeras pacientes de transfer
van llegando a la clínica…. (ufff las 11 y yo todavía no he desayunado). El
teléfono no para de sonar (ya volverán a llamar, llevo una placa embriones en
la mano)….
Poco a poco todo
va tomando su cauce, las punciones ya están hechas, las fecundaciones y los
embriones valorados, ya hemos pasado toda la información al ginecólogo y ahora
ya puede informar a las pacientes…..Y empiezan a llegar las primeras muestras
de semen… Hoy tenemos suerte, todos los
pacientes han llegado puntuales, incluso el paciente que viene directo del
aeropuerto.
Hoy me toca
preparar las muestras de semen para poder ser utilizadas. Trabajo codo con codo
con un colega que controla la identidad de cada muestra y asegura que no cometa
ninguna equivocación. Preparo las
muestras con cariño, no debemos olvidar que el espermatozoide también juega su
papel en la pista de baile.
Entre pipetas,
tubos, microscopios y embriones hemos llegado al mediodía. Creo que iré a
comer. Y como con el estómago lleno, yo al menos, veo las
cosas mejor, ya estoy preparada para continuar.
Me avisan que
tenemos una paciente preparada para transfer. Me preparo. Un último vistazo a
los embriones (genial, tenemos 2 embriones de calidad óptima para transferir) y
a la orden del ginecólogo cargo la cánula (no puedo evitar contener la
respiración). Transfer hecho, todo ha ido bien, le deseo suerte a la paciente
que se queda descansando un poquito en el box. Vuelvo al laboratorio, y tras
valorar con el ginecólogo, hemos decidido vitrificarle 2 embriones a la paciente
(el otro embrión que va un poco más lento lo dejaremos en cultivo, y si se
desarrolla correctamente lo vitrificaremos en blastocisto).
En el laboratorio
mis colegas están avanzando con el ICSI. Cada uno sentando en un microscopio
van fecundando los ovocitos uno a uno, tal como hormigas obreras van haciendo
su trabajo, sin prisa, pero sin pausa.
A estas horas de
la tarde el laboratorio ya está más tranquilo, el grueso del trabajo ya está
hecho. Nos queda preparar todo el material y medios de cultivo que
necesitaremos para el día siguiente y hacer un último repaso del trabajo de
todo el día.
Y como la nuestra
es, una carrera de fondo, mañana volvemos a estar aquí que los embriones no
saben de fiestas ni fines de semana.
2 comentarios:
La verdad es que se suele alabar mucho a los médicos, pero el gran trabajo en la reproducción asistida realmente es mérito vuestro. De vosotr@s depende que una muestra salga capacitada, de conseguir que ese espermatozoide fecunde el óvulo, de vigilar como nuestros sueños crecen o se quedan por el camino, de guardarlos... Es un trabajo que debe ser a la vez que emocinante, frustrante en algunas ocasiones, y es que "crear vida" no es nada fácil!
Hola Missbigdreamer,
Muchas gracias por tu comentario. La verdad que lo bonito de nuestra profesión es precisamente la convivencia entre todos los profesionales (médicos, enfermeras, biologos, técnicos de laboratorio, anestesistas, auxiliares, atención al paciente....)
Pero sí, a veces los biólogos pasamos un poco desapercibidos y claro como bióloga que soy barro para casa.
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